miércoles, 31 de marzo de 2010

Itaca - por Konstantinos Kavafis

Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en
aventuras y conocimiento.
A Lestrigones, Cíclopes
y furioso
Poseidón no temas,
en tu camino no los encontrarás
mientras en
alto mantengas tu pensamiento,
mientras una extraña sensación
invada
tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
y fiero Poseidón
no encontrarás
si no los llevas en tu alma,
si no es tu alma que
ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que muchas
mañanas de verano hayan en tu ruta
cuando con placer, con alegría
arribes
a puertos nunca vistos.
Detente en los mercados fenicios
para
comprar finos objetos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
sensuales
perfumes, -tantos como puedas-
y visita numerosas ciudades egipcias
para
aprender de sus sabios.
Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento,
llegar
a ella es tu destino.
No apresures el viaje,
mejor que dure
muchos años
y viejo seas cuando a ella llegues,
rico con lo que
has ganado en el camino
sin esperar que Itaca te recompense.

A
Itaca debes el maravilloso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el
camino
y ahora nada tiene para ofrecerte.
Si pobre la encuentras,
Itaca no te engañó.
Hoy que eres sabio, y en experiencias rico,
comprendes
qué significan las Itacas.

Konstantinos Kavafis (1863-1933), poeta griego.

martes, 30 de marzo de 2010

El fuego de la venganza

Todo comienza en una habitación de un piso.
Dos hombres, hablaban cuando uno de ellos saca una cerilla:

- Una cerilla. Inofensiva y débil que no podría hacer daño a nadie...
- Eso parece.
- Ahora lo voy a encender. - Y la cerilla comienza a arder.
Poco a poco el fuego iba consumiendo la cerilla
- ¡Cuidado!. Te vas a quemar
Antes de que se consumiera toda la cerilla lo tira al suelo.

El fuego, empezó a quemar parte de la alfombra donde estábamos.
-¡Pero que demonios estas haciendo!¡Estas loco!
- No estoy loco...solo estoy lleno de ira. Ira acumulada, que va creciendo en mi interior sin que pueda controlarlo.
La alfombra arde y todo lo que estaba cerca, se iba quemando.
- Oh dios mio, tenemos que salir de aquí.-Me apresuré deprisa a la puerta, pero estaba cerrado con llave.
- Es inútil, no podrás escapar de la ira que me ciega.
- ¿Pero moriremos los dos?
Una risa ensordecedor, congelo mi corazón, para susurrarme:

- No tengo miedo a morir...con llevarte conmigo hacia la muerte me es suficiente para satisfacer mi venganza y dolor que tengo.

La historia, termina tragicamente los dos muertos. Dos vidas perdidas, por una cerilla...algo inofensiva que poco a poco se fue dejando...

lunes, 15 de marzo de 2010

Agobio y resentimiento

En una noche oscura y silenciosa, iba caminando en solitario por el parque. No paraba de dar vuelta a la carta que había recibido en mi buzón por la mañana: "Necesito verte, por favor reúnete conmigo sobre las 22:00, donde tú sabes. No me falles.". Que extraño era todo aquello. Había pasado casi seis meses de todo aquello...pero recordarlo siempre me entristecía. Parecía que algo tenia que contarme, aunque sabia que no me gustaría...

Mientras caminaba entre las sombras, me venia recuerdos de aquella temporada que estaba con él: La plaza donde nos conocimos, los cines donde pasábamos nuestros momentos románticos, los viajes a la playa para escapar de lo cotidiano, las risas de los buenos momentos que vivimos, el tonteo, el amor...Fue todo maravilloso. Sin embargo, después...las cosas empezaron a torcerse...

Llegue a la plaza donde habíamos quedado; de día es un lugar lleno de vida, pero de noche es un sitio vacío y oscuro. Aquel sitio fue dónde nos vimos por primera vez, sin embargo tras lo sucedido, se había convertido en un lugar doloroso para mi. Miré alrededor y un soplo frió que invadió mi cuerpo. Cuando paro el viento, observé una sombra en el centro de la plaza. Allí estaba; Con su ropa negra, inmóvil, silencioso, mirándome fijamente como un leopardo ante su presa. Parece que después de tanto tiempo, no había cambiado mucho. Me acerque a saludarle pero me detuvo con la mano.

- Pensé que no vendrías.- Me respondió con su voz tranquila
- La verdad no estaba segura, pero aquí estoy. Llevamos mucho tiempo...
- Seis meses para ser exactos.

El silencio reino la plaza durante unos minutos cuando empezó a hablar:


-
No puedo dejar de pensar en ti, en todo este tiempo. Cada día que no se nada de ti, me mata por dentro. Quiero que vuelvas conmigo otra vez. ¡Como antes!.

Agache la cabeza, sin saber que decirle. Aquellas dos últimas palabras me hizo recordar el porque lo habíamos dejado. Su desconfianza y agobio fueron las principales razones. Llevaba tiempo raro, celoso porque no paraba de reunirme con amigos y pensaba que me estaba enamorando de alguien de mi grupo de amistades. Intentaba controlar mi vida privada deteriorando mi grupo de amigos y mi propia vida. Sabia que no podía seguir así, y tras numerosas discusiones sobre este tema y ver que no progresábamos, finalmente tuve que poner punto final. Aquel día, fue difícil de olvidar...solo recuerdo dolor, mucho dolor...pero a lo largo de los meses lo fue superando.

- Lo siento- Le conteste -, pero lo nuestro ya terminó. Ya tuvimos está discusión y sabes que no es posible que volvamos. No sigas abriendo heridas del pasado.
- Pero, yo te quiero...
- Por favor.... Es mejor que sigamos así, y te olvides de mí. Es lo mejor para ambos.

Me di la vuelta y caminé hacia la salida como hace seis meses atrás, dejándole atrás. Entonces escuche un ruido detrás de mí. Aquel ruido lo escuche en muchas películas, pero nunca lo había escuchado en la calle y eso me paralizó el corazón.. Me di la vuelta....¡¡TENIA UNA PISTOLA!!.

No podía moverme, apenas podía dejar de mirar cómo me apuntaba con aquella arma. Estaba petrificada, sin poder gritar, sin poder correr. Le miré aterrada, mientras veía su sonrisa maliciosa.
- No puedo dejarte. Estábamos hechos el uno para el otro...
- Baja la pistola...por favor..- Dije tiritando de miedo
- Me haría mucho daño si te viera con otro...Y por ello, he decidido que esto es lo mejor para ti.
Levanto la pistola y me apunto con ella hacia la cabeza
- ¡Espera!.¿Qué vas a hacer? ¿Estás loco?
- No voy a dejar que nadie disfrute contigo. Si no puedo yo, nadie lo hará.

Recuerdo que grite en ese momento, escuché un disparo y cerré los ojos, cayendo al suelo. Todo lo que había vivido se plasmó en miles de imágenes que pasaron durante un segundo. Parecía que había llegado mi hora.
Un largo periodo estuve entre la oscuridad, donde reinaba la nada. Era un sitio extraño, pero a la vez conocido. Sin embargo, sin saber porque, o cosa de la vida, me desperté, pensando que estaba en una especie del cielo, pero en realidad estaba en mi habitación. Empecé a tocarme y no podía creerlo...¡seguía viva!. Había tenido una terrible pesadilla, pero era tan real. Me intenté levantar y me puse a desayunar tranquilamente. Me dolía un poco la cabeza pero pensaba que era por la pesadilla, pero no llegue a imaginar que la pesadilla podría ser realmente algo real, cuando al poner la televisión, comentaban una noticia de un asesinato en el mismo parque donde habíamos quedado y lo peor de todo, era que él era la víctima. El alma se me cayó al suelo.¿¿Qué había pasado??¿¿Qué estaba pasando??...