miércoles, 25 de enero de 2017

Mi carta a Elisa [Primera carta]

Mi querida Elisa:
Cuanto te añoro, en estos tiempos revueltos. Maldigo estas terribles dos primeras semanas terribles. Me han resultado ser años de agonía y desesperación. Totalmente cansado, la noche es mi único momento que tengo para poder escribir. Por suerte, la imaginación me ayuda a soportar esta dura carga, pensando que estás al lado mío, juntos, haciendo caricias y sentir tu calor y tu sonrisa, tener felices momentos.

Pero el tiempo no me deja seguir soñando y los primeros cañonazos, rompe en mil pedazos mi ilusión y los gritos de mis compañeros, me alertan de prepararme lo más rápido posible. Coger las botas y el uniforme manchado de barro y pólvora y mi fusil que es mi único salvavidas en el campo de batalla que libraré estos días.

El miedo me invade ante este gran peligro. El fuego de los cañones, sonando a todas horas del día, acompañado de disparos de los fusiles de los enemigos que intentan matarnos, mientras estamos totalmente quietos, preparando el arma y esperando la señal para disparar contra ellos, mientras tus compañeros van cayendo. Solo estando aquí se puede apreciar, la destrucción, el caos.... la muerte.  No puedo soportarlo, es algo que no puedo describir y no deseo describírtelo aquí.

No quiero estar, es todo horrible y quiero volver. Dejaría todo, solo quiero volver, a estar contigo. Pero debo de ser fuerte y saber que no puedo rendirme. Tengo que luchar por nuestra libertad, por nuestro futuro. Por ello seguiré continuando hasta el final, para bien o para mal, siempre para adelante.

Solo espero que puedas recibirme y recuperar nuestras vidas antes de todo esto.

Te quiero y saluda al pequeño de tu vientre,

miércoles, 4 de enero de 2017

Tristeza en la calle

Una tarde lluviosa de otoño, camino por las frías calles de la ciudad, sin rumbo, en una nube de pensamientos. Cabizbajo y triste, la oscuridad me abraza con cada paso que doy. - ¿Qué hora será? En realidad me daba igual. - ¿Qué hora será? En realidad me daba igual. Solo buscaba intentar despejar una mente que estaba colapsada de tanta información recibida y no era capaz de procesarlo. Alzó la mirada y veo una tienda de joyas que me resulta conocida y me acerco a ver el escaparate. La tienda tiene múltiples de piezas bonitas y organizadas: Rubís, piedras preciosas, diamantes, anillos... Especialmente me quede mirando en esa sección y observo un anillo de compromiso, tan bonito, tan precioso que me encantaba. En ese momento, pensé en ella y empiezo a sentirme mejor cuando la veo en mi cabeza: Su pelo rubio, ondulado y con el fleco a la izquierda, dando un toque de dulzura. Unos ojos negros como los gatos, que encantaban a cualquier persona que los vea de frente. Una nariz respingada y bonita. Labios carnosos y siempre sonriente. Su cuerpo delgado caderas anchas y con unos brazos y piernas bastante largos y elegantes. Sin duda la quiero mucho.

En ese momento, sufrí una descarga de emociones, que invade todo mi cuerpo, pasando a una tristeza absoluta y
mis ojos se empañan de tanta lagrimas y empiezo a ver borroso.- ¿Por qué? Me pregunto una vez y otra. - ¿Qué he hecho mal?  Intento secarme las lagrimas, pero es imposible. Empiezo a sentir un gran dolor el pecho y un vacío que va creciendo en mi cuerpo sin poder hacer nada. Intento alejarme de aquella tienda, pero ya era imposible, no podía quitarme su imagen de la cabeza y no era capaz de controlar mis sentimientos.

Me paro en medio de la calle y meto la mano en el bolsillo y saco el mismo anillo que vi en la tienda, entregue a ella y me devolvió, antes de casarme. No soy capaz de aceptar esta dolorosa verdad. Intento reponerme pero es imposible, la lluvia empieza a caer con más fuerza y noto que mi cuerpo se enfría rápidamente. Ya me da igual en la vida, porque he perdido la única persona que quería. Me siento en el suelo llorando en silencio y triste y cierro los ojos.