miércoles, 4 de enero de 2017

Tristeza en la calle

Una tarde lluviosa de otoño, camino por las frías calles de la ciudad, sin rumbo, en una nube de pensamientos. Cabizbajo y triste, la oscuridad me abraza con cada paso que doy. - ¿Qué hora será? En realidad me daba igual. - ¿Qué hora será? En realidad me daba igual. Solo buscaba intentar despejar una mente que estaba colapsada de tanta información recibida y no era capaz de procesarlo. Alzó la mirada y veo una tienda de joyas que me resulta conocida y me acerco a ver el escaparate. La tienda tiene múltiples de piezas bonitas y organizadas: Rubís, piedras preciosas, diamantes, anillos... Especialmente me quede mirando en esa sección y observo un anillo de compromiso, tan bonito, tan precioso que me encantaba. En ese momento, pensé en ella y empiezo a sentirme mejor cuando la veo en mi cabeza: Su pelo rubio, ondulado y con el fleco a la izquierda, dando un toque de dulzura. Unos ojos negros como los gatos, que encantaban a cualquier persona que los vea de frente. Una nariz respingada y bonita. Labios carnosos y siempre sonriente. Su cuerpo delgado caderas anchas y con unos brazos y piernas bastante largos y elegantes. Sin duda la quiero mucho.

En ese momento, sufrí una descarga de emociones, que invade todo mi cuerpo, pasando a una tristeza absoluta y
mis ojos se empañan de tanta lagrimas y empiezo a ver borroso.- ¿Por qué? Me pregunto una vez y otra. - ¿Qué he hecho mal?  Intento secarme las lagrimas, pero es imposible. Empiezo a sentir un gran dolor el pecho y un vacío que va creciendo en mi cuerpo sin poder hacer nada. Intento alejarme de aquella tienda, pero ya era imposible, no podía quitarme su imagen de la cabeza y no era capaz de controlar mis sentimientos.

Me paro en medio de la calle y meto la mano en el bolsillo y saco el mismo anillo que vi en la tienda, entregue a ella y me devolvió, antes de casarme. No soy capaz de aceptar esta dolorosa verdad. Intento reponerme pero es imposible, la lluvia empieza a caer con más fuerza y noto que mi cuerpo se enfría rápidamente. Ya me da igual en la vida, porque he perdido la única persona que quería. Me siento en el suelo llorando en silencio y triste y cierro los ojos.

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